Lo mismo echo de menos una sonrisa boba que aquellas tantas lágrimas que desató la rabia y que volvió a atar el orgullo.
El escalofrío acompañado de la piel de gallina y ese frío repentino.
Esos cambios de humor que desquician a cualquiera.
Sensaciones, sentimientos, os sigo echando de menos.
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