martes, 6 de enero de 2015

chill.






Supe que algo no iba bien cuando se me erizaron los bellos mientras él me miraba inocente. Aquellos ojos negros escondían los mismos secretos que puede esconder un agujero de mismo color. La ventaja es que yo tenía la altura perfecta para asomarme a ellos, como cuando me asomo al acantilado. Pero soy consciente de que si me asomo demasiado podría caerme y sus pupilas se relamen y me asustan más que mil mares enfadados.

La primera vez que vi un destello entre tanta oscuridad no supe con que compararlo, pero tampoco me hizo falta porque rápidamente llegó a puerto lo que era un pequeño recuerdo apenas iluminado por una vela que no tardó en apagarse.  De nuevo a oscuras, empecé a trazar los planos del faro más grande construido jamás.

Si te cruzas con sus ojos ahora lo sabrás, ya no por lo negros, sino por lo que brillan.





No hay comentarios:

Publicar un comentario