La vida está en las pequeñas cosas.
Ella se repitió esta frase tantas veces. Pero el corazón de aquel amor le parecía tan grande.
El tiempo le enseñó a apreciar las sonrisas, a cruzar miradas. Pero nunca le enseñó a no vivir enamorada.
Ahora solo escucha al corazón ¿y este no se equivoca?
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