miércoles, 22 de enero de 2014
Lloro.
Lloro por todas esas veces que me dijeron que no. Lloro porque escuché tu nombre, porque me agobié en un examen.
Lloro sin consuelo porque te oí sufrir.
Lloro al ver a mi madre reír.
Lloro porque me caí al suelo y dolía, porque nadie me ayudó a levantarme.
Lloro porque te perdí y porque no me encuentro.
Lloro por cada vez que decepcioné a alguien, porque me enamoré y me fallaron.
Lloro para derrochar felicidad porque naciste aquel 21. Porque me dieron un abrazo en el momento justo.
Lloro por cada noche que pasé sin poder dormir, lloro por haberme sentido engañada.
Lloro porque vi tus ojos inundados por la pena y porque por fin me besaste.
Lloro por cada meta conseguida y por todas las personas que ya no están.
Lloro porque reí con tantas ganas.
Hoy lloro por todo y mañana quizás lloraré por nada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Pues siendo sincera querida Paula de Biedma, no creo que merezca la pena llorar por todo, ojalá algún día dejes de hacerlo. Aunque me da la sensación de que este escrito se trata de un relato de tus experiencias personales, así como tus sensaciones vividas con ellas. Por este motivo, me parece un gran acto de valentía y firmeza expresar tales sentimientos en Internet.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Belén Gómez. Por cierto me encanta tu blog dedicado a los Pitbulls. Un beso.
Eliminar